La costa de Menorca está llena de paraísos por explorar. Siente la esencia marinera en la Cala Es Grau, cuyas aguas tranquilas, enclavadas en el Parque Natural de s’Albufera, son perfectas para ir con niños. A solo unos pasos encontrarás la Cala En Vidrier, una cala virgen y apartada donde sentirás que el tiempo se para. Y para los amantes de los grandes arenales, la Playa de Sa Mesquida cautiva con su arena blanca y su belleza salvaje.
Para los que buscan una visita cultural, Menorca despliega un legado histórico fascinante: el Museo de Menorca ofrece un viaje a través de la rica historia de la isla, la Fortaleza de Isabel II, también conocida como La Mola, domina el puerto de Mahón con sus murallas, y los restos del Castell de Sant Felip, cuentan historias de asedios y batallas navales.
Si planeas ampliar tu estancia en la isla, te recomendamos que visites Binibeca, un encantador pueblo de pescadores con laberínticas calles encaladas que te enamorarán. Algo más apartada se encuentra la Ciudadela de Menorca, que destaca por su casco antiguo, su puerto y sus palacios y catedral. Además, los más aventureros podrán reservar un viaje en barco hasta la Isla del Rey y descubrir los secretos de su pasado multicultural.